La cosecha 2009 fue una añada excelente para los viñedos de Torre Muga, a pesar de que en el resto de La Rioja no alcanzó tan alto nivel. La clave, sin duda ninguna, residió en esos 15-20 días “extra” de maduración que tuvieron las uvas de esta zona respecto del resto.
Climatológicamente, la cosecha se mantuvo dentro de lo habitual, con un final de otoño e invierno húmedos. La primavera fue normal en cuanto a pluviometría y se registraron temperaturas sin heladas de consideración. Verano ligeramente seco y cálido hasta mediados de septiembre, cuando los viñedos recibieron un golpe de agua crucial para una buena finalización de la maduración. La vendimia se realizó en perfectas condiciones. Fitopatológicamente hablando no hubo incidencias.
El vino expresa rigurosamente la climatología de la cosecha y como tal se presenta equilibrado, muy goloso. Sorprende su palatabilidad y sus “buenas maneras” aún teniendo en cuenta que solo tiene tres años y que procede de una zona de viñedo que habitualmente pide botella. A pesar de ello, se aceptan pequeñas aristas en el recorrido medio de la boca que, sin más transcendencia, quedarán pulidas en corto plazo.
La nariz es atractiva, con una fruta algo más fresca de lo que nos tiene acostumbrados. Equilibrio casi milimétrico de frutos rojos y especias de la madera aún sin fusionar plenamente. Los aromas presentan un dimorfismo muy acusado; por un lado la fruta es compleja, difícil de concretar, y por el otro tenemos las especias muy nítidamente marcadas: pimienta negra, clavo, vainillas y algo de carbón vegetal. En retrolfacción gana dominio la especia, algo más seca, pero más elegante y mucho más rica en matices. Sólo vuelve la fruta después de unos segundos en el postgusto donde volvemos a descubrir los frutos rojos y algo que se quiere asemejar a melocotón y ciruela madura.
A la vista se presenta con tonos más rojos que morados en los meniscos haciendo gala de una excelente acidez; baladí de un futuro prometedor.