El Parlamento Europeo ha apoyado una nueva legislación que prohíbe las importaciones de pescado y productos pesqueros procedentes de países que permitan la sobrepesca. Esta nueva legislación busca disuadir a Islandia y a las islas Feroe de seguir pescando caballa indiscriminadamente.
El Parlamento Europeo también ha exigido un calendario claro para la pesca sostenible, así como sanciones contra los Estados miembros que no aporten datos pesqueros fiables.
El reglamento introduce sanciones comerciales contra los países que permitan la sobrepesca de poblaciones de interés común, es decir, caladeros a disposición de las flotas europeas y de terceros países, cuya gestión requiere la cooperación entre ambos.
En caso de que estas sanciones no basten, la Comisión debería adoptar otras medidas, como limitar la prestación de servicios portuarios a buques que enarbolen el pabellón de un país incumplidor o impedir que buques europeos sean utilizados para explotar la población de interés común bajo la responsabilidad del país incumplidor. Un país que permite la «pesca no sostenible» no coopera en la gestión de la población de interés común y, por tanto, incumple los tratados internacionales.
En su informe sobre la organización común del mercado en los sectores de la pesca y la acuicultura, Struan Stevenson (ECR, Reino Unido) aboga por unas organizaciones de productores más fuertes y mejor financiadas, que puedan hacer frente a los distribuidores. Los diputados también apoyan dar más información a los consumidores, como por ejemplo, indicando en las etiquetas del pescado fresco la fecha de llegada al puerto. Igualmente, proponen fomentar el uso de artes pesqueras más selectivas para reducir los descartes.