El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, explicó ayer que “el fortalecimiento de nuestro sector productor y la vertebración del sistema agroalimentario español constituyen los objetivos básicos” para España en el proceso de negociación de la Reforma de la Política Agraria Común (PAC).
“Consideramos fundamental que la nueva PAC incorpore los recursos financieros, las medidas y los elementos de flexibilidad necesarios que permitan su aplicación integrada y coherente dentro de una política agraria española que tiene el propósito de consolidar nuestro sistema agroalimentario como referente dentro y fuera de Europa”, añadió.
Durante su comparecencia, a petición propia, en la Comisión de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Congreso, para dar cuenta de la posición común española -aprobada el 15 de junio en la Conferencia Sectorial- y del estado de las negociaciones para la reforma de la PAC, Arias Cañete explicó que el Ministerio ha trabajado en cuatro frentes diferentes:
– Configurar una posición común con las Comunidades Autónomas, las Organizaciones Profesionales Agrarias, las Cooperativas y otras organizaciones.
– Fijar la posición española en los debates del Consejo de Ministros de Agricultura.
– Conocer las posiciones de Estados miembros con los que establecer futuras alianzas, donde existan coincidencias.
– Hacer de la Agricultura una Cuestión de Estado y promover en el Parlamento Europeo, a través de los parlamentarios españoles de todos los grupos políticos, las enmiendas a las propuestas de la Comisión que favorezcan nuestros intereses.
El ministro explicó que para alcanzar la posición común ha sido preciso identificar unos objetivos básicos que marcarán el camino a seguir. Entre otros, ha señalado como “los recursos financieros que la UE destine a la nueva PAC determinarán su alcance y la posición española en los debates”. En este sentido, ha señalado que España considera necesario mantener los apoyos a la renta de los agricultores para no poner en riesgo “el mantenimiento del núcleo fundamental del sistema agroalimentario español, las explotaciones agrarias”.
Arias Cañete ha detallado que España ve esencial que el nuevo sistema responda a “las necesidades de la diversidad de orientaciones productivas españolas” y que se dote de “medidas eficaces, automáticas y ágiles de gestión de mercados” que permitan su desencadenamiento sin dilaciones. También ha señalado que España necesita “avanzar en las medidas destinadas a mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria”, reforzando el poder de negociación de los productores con mecanismos claros de concentración de la oferta.
Dentro de esos objetivos, y respecto a desarrollo rural, Arias Cañete ha explicado que es aconsejable dotar a los Estados de un programa nacional que permita establecer las líneas maestras de la política de desarrollo rural, en coordinación y colaboración con las Comunidades Autónomas, cuya aplicación armonizada dará lugar al mejor uso de los recursos financieros disponibles.
“En definitiva, los textos finales de la reforma deben responder a las necesidades y retos del sector agroalimentario español, caracterizado por una gran diversidad de orientaciones y estructuras productivas, generadoras de producciones y elaboraciones muy apreciadas nacional e internacionalmente”, ha sentenciado.
España entregó el documento el pasado mes de junio a la presidencia danesa, dejando constancia de los elementos fundamentales que para España habría de tener la nueva PAC, de cara a los debates que se producirán en los próximos meses.