Tradición e innovación se dan la mano en la única explotación de caprino del Concejo de Tineo (Asturias), el primer municipio de España en producción de leche de vaca.
Granja Agüera ha sido durante muchos años una explotación de vacuno de leche, regentada por Jaime Agüera y María Amable Menéndez. Al producirse el relevo generacional, su hijo menor Gonzalo decidió crear una sociedad con su cuñada Nati López y cambiar la orientación productiva y realizando una gran inversión personal y económica, han montado una espectacular granja de mas de 2000 metros cuadrados, con los mas modernos sistemas de ordeño, alimentación, limpieza y con un exquisito control medioambiental.
Y todo ello sin salir de su precioso pueblo, Corniella, al lado de la casa natal del Conde de Campomanes, un lugar idílico, del frondoso paisaje de la alta montaña asturiana, con preciosas vista a la cuenca del salmonero río Narcea. Se trata además de la única explotación de caprino de leche existente en el concejo de Tineo que precisamente destaca por ser el primer municipio de España en producción de leche de vaca.
Actualmente, tienen 1.200 cabras. Parte de la leche la comercializan a través de una empresa y el resto la dedican a la producción de quesos. Actualmente producen dos modalidades: el atroncado de forma cónica, de la variedad afuega´l pito, queso asturiano con denominación de origen que se hace con leche de vaca, pero que Granja Agüera lo hace con la leche de sus cabras.
El resultado es un queso más suave que los tradicionales quesos de cabra, con un delicado sabor a manzana; esto se produce por la ingesta en su alimentación de manzanas que los Agüera cosechan en sus propias fincas en grandes cantidades y ante la falta de otra salida comercial las utilizan como complemento de alimentación que las cabras agradecen muy expresivamente.
El otro queso, resulta del cuajado tradicional de la leche que se hacía en Asturias hace siglos y es curado al aire limpio y fresco que se disfruta en la alta montaña asturiana, de ahí su nombre y que los Agüera han aprendido de su madre Doña Amable Menéndez que supervisa cada detalle del proceso para no perder tan exquisita tradición.