Ante la propuesta de modificar la Ley de horarios comerciales para aumentar en 2013 de ocho a diez el mínimo de domingos y festivos de libre apertura comercial, la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (Aces) ha asegurado que la medida “va en la buena dirección aunque es insuficiente”. Por su parte, la Asociación de Grandes Empresas de Distribución (Anged) considera que “se trata de una reforma solo aparente, con un impacto irrelevante”.
Aces siempre ha defendido la eliminación de cualquier tipo de restricción a la actividad empresarial. “En momentos como los actuales debe ser prioritaria la eliminación de cualquier obstáculo a la iniciativa comercial. Son las empresas junto con sus clientes las que deben decidir si utilizan la posibilidad de abrir o no abrir el comercio”, explican desde la asociación.
Aurelio del Pino, director general de Aces, asegura que “hay que seguir avanzando en la liberalización para que sea el propio sector y las empresas los que decidan. La regulación actual contiene aspectos discriminatorios injustificados entre operadores comerciales. La mayor parte de las Comunidades Autónomas están utilizando los criterios legales para reducir la libertad y no para promoverla”.
En cuanto a los posibles efectos sobre la economía de las medidas liberalizadoras, Del Pino ha declarado que “la experiencia demuestra que la eliminación de restricciones favorece siempre a la inversión, el empleo y a una oferta mejor para el consumidor en términos de precios y conveniencia. No resulta razonable ni comprensible la oposición del sector empresarial a este tipo de medidas”.
Por su parte, desde Anged explican que la medida está muy alejada de las propuestas que requiere la economía española para recuperar la confianza y el consumo. La libertad de horarios para todos los establecimientos comerciales es una reforma que, sin coste fiscal, tiene un enorme impacto económico. Según un estudio reciente del IE, las restricciones de horarios actuales impiden la creación de 20.000 puestos de trabajo a medio plazo y elevar un 2,8% la facturación del sector minorista. Además, la libertad de horarios tiene un efecto muy positivo sobre otras actividades como la hostelería, el turismo, el ocio y el entretenimiento.
Para Anged, en la difícil coyuntura económica actual, el planteamiento expuesto por el Ejecutivo supone “perder una gran oportunidad para hacer una reforma profunda del comercio minorista, capaz de satisfacer las nuevas demandas sociales y contrarrestar la caída del consumo. Portugal e Italia, con una estructura comercial muy parecida a la española, ya han impulsado la libertad de horarios como medida de choque contra la crisis”.
Además, esta propuesta desoye las recomendaciones de la Comisión Nacional de la Competencia, el Consejo Europeo, el FMI o la OCDE. Todos estos organismos han reiterado que las restricciones a la libertad de horarios así como las barreras regulatorias sobre distintos formatos comerciales son injustificadas y generan efectos perversos sobre la competencia, la productividad y el empleo. Y también han cargado contra la disparidad regulatoria entre autonomías: mientras que Madrid ha apostado por la plena libertad de horarios, la mayor parte de las comunidades ha mantenido un calendario de mínimos.
En materia turística, los cambios anunciados por el Ejecutivo “no aportan nada significativo que no pudieran hacer ya los Ayuntamientos”, aseguran desde la asociación. La normativa propuesta no garantiza que los municipios de gran afluencia turística cuenten con un régimen de libertad comercial. Existe un riesgo, por tanto, de que se mantengan las actuales restricciones de horarios que no hacen sino desatender las necesidades de compra de los turistas y desaprovechar oportunidades para generar empleo e ingresos en la economía española.