En 2011, existía en España una penetración de smartphones (teléfonos inteligentes) del 44%, sólo superado por el Reino Unido, con un 45%. Con estas cifras, que se prevé crezcan en los próximos años, no es difícil entender que surjan usos alternativos a las llamadas y envíos de mensajes de texto. Uno de esos usos es la posibilidad de hacer pagos a través de los móviles gracias a la nueva tecnología NFC.
Se trata de una tecnología inalámbrica de corto alcance que permite una interconexión entre dispositivos electrónicos de una manera intuitiva, sencilla y simple. La comunicación se realiza cuando dos dispositivos NFC están próximos entre sí, lo que asegura la operación y dificulta la captura de la señal por otro dispositivo. Además, es compatible con el etiquetado RFID, lo que abre un campo de aplicaciones extenso.
Según la consultora Deloitte, a finales de 2012 habrá unos 200 millones de terminales móviles con tecnología NFC en todo el mundo. Esto hace pensar que el uso del móvil para realizar pagos empezará a crecer rápidamente.
No obstante, según un reciente estudio realizado por Sybase 365, el 63% de los expertos encuestados opinan que se necesitarán entre dos y cuatro años para que el pago con NFC se adopte de manera masiva en España ya que los consumidores perciben que el mayor obstáculo a superar será la seguridad en el manejo de la información financiera personal durante este tipo de transacciones.
En cualquier caso, los principales operadores móviles y algunos de los grandes bancos ya han alcanzado acuerdos con empresas de medios de pago para desarrollar la tecnología de pagos NFC en el conjunto del país.
Así, Vodafone y Visa han anunciado su colaboración a nivel mundial para llevar a cabo esta tecnología y uno de los primeros países europeos en los que se implantará será España.
Por su parte, Orange y Banco Santander han alcanzado otro acuerdo en el que también colaboran, entre otros, Visa, Mastercard o RIM, con el objetivo de lanzar el NFC como medio de pago en España.
De hecho, ya existen algunas pruebas piloto en España que utilizan este tipo de tecnología, como el proyecto de la EMT de Málaga, aunque actualmente hay muy pocos usuarios que abonan sus billetes de esta forma.
Además, en 2010, Telefónica, La Caixa y Visa llevaron a cabo un proyecto experimental en la ciudad catalana de Sitges donde 1.500 ciudadanos y 500 comercios utilizaron móviles con esta tecnología para hacer pequeños pagos en comercios, bares y restaurantes. La iniciativa tuvo tan buena acogida que las empresas participantes estimaron que este uso pueda generalizarse en tres años.
Además, en el comercio de alimentación también se han dado los primeros pasos.
Es el caso de la iniciativa llevada a cabo por Caprabo que supondrá el cambio de 1.800 terminales en sus 343 tiendas.