Por Fernando Terán, Director Departamento Aduanas ABQ
La coyuntura económica actual marcada por la contracción del consumo interno que afecta tanto a España como a países de la Comunidad Europea, está llevando a muchas empresas españolas a plantearse la búsqueda de nuevos mercados a los que exportar sus productos e iniciar con ello su proceso de expansión internacional. Aunque la exportación es, en principio, un proceso complejo las empresas disponen de figuras legales de las que pueden beneficiarse a la hora de salir a vender fuera de nuestras fronteras y posicionarse como compañías de referencia dentro del mercado del comercio exterior. De todas ellas la figura del Operador Económico Autorizado o Certificado OEA es una de las más recomendables ya que es la marca de calidad internacional que reconoce a las empresas como socios preferentes de la Administración Aduanera con todas las garantías que conlleva a la hora de establecer relaciones comerciales en otros países.
El certificado OEA es una figura tendente a ser reconocida mundialmente gracias a la firma de acuerdos de reciprocidad con Estados Unidos, Japón y terceros países que no forman parte de la Unión Europea como Suiza o Andorra, agrupando bajo una misma figura legal a un porcentaje muy alto del sector del comercio internacional. Como consecuencia las grandes compañías miran cada vez más no sólo sus propios estándares de calidad sino también los de sus proveedores y poco a poco están exigiendo que estos estén también certificados como operadores logísticos de confianza para garantizar así que la cadena de suministro esté asegurada con garantías reconocidas internacionalmente. En este contexto no ser OEA puede suponer una pérdida de competitividad puesto que aquellas empresas que se hayan certificado contarán con la ventaja de poder asumir las exigencias de las grandes compañías a sus proveedores en esta materia.
Por otro lado el conocimiento cada vez mayor por parte los Consejos de Administración de las ventajas que aporta certificarse en términos de competitividad, productividad, beneficios económicos e incluso de prestigio, hace que la decisión de hacerse OEA sea una inversión más que justificada. Entre las ventajas inherentes al estatus del OEA están: la prioridad en controles aduaneros, un menor número de controles físicos y documentales, y la elección del lugar de inspección o notificación previa sobre reconocimiento físico, con lo que se consigue una mayor agilidad a la hora de gestionar las mercancías. Además las empresas certificadas se pueden beneficiar de obtener autorizaciones prácticamente inmediatas de infinidad de simplificaciones aduaneras tales como el procedimiento simplificado de domiciliación, el despacho centralizado nacional o el archivo EDI escaneado entre otras.
Todo ello hace que la figura del Certificado OEA sea altamente recomendable para empresas de todo tipo de sectores que quieran dedicarse al comercio internacional de forma competitiva gracias a las ventajas que ofrece la legislación vigente. En el caso del sector de la alimentación la certificación es especialmente interesante ya que al tratarse de mercancías perecederas y sensibles a los cambios de temperatura, la agilidad a la hora de pasar las aduanas puede marcar la diferencia entre un buen negocio o perder la mercancía que estamos exportando. Para obtener el certificado, que en España es concedido por el Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), es necesario contar con una correcta situación financiera y llevar a cabo un proceso de adaptación de los procedimientos empresariales que incluye la revisión de sistemas de gestión, seguridad e informática entre otros, por lo que es aconsejable que este camino sea recorrido de la mano de una empresa especializada.