Expertos en análisis sensorial del IRTA, del Departamento de Agricultura de la Generalitat de Cataluña, han valorado el conocimiento general de los consumidores españoles sobre el aceite de oliva virgen. La investigación ha puesto de manifiesto la escasa cultura acerca de este ingrediente básico de la dieta mediterránea.
España es, a día de hoy, la primera potencia mundial productora y exportadora de aceite de oliva. Actualmente, en España existen más de 30 Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) de aceite de oliva virgen extra, con un alto nivel de calidad y excelencia que ha requerido muchos esfuerzos por parte del sector y de la administración.
Lluis Guerrero, investigador del IRTA, afirma que “los consumidores han mostrado saber diferenciar los distintos tipos de aceite, inclinándose para aquellos menos amargos y menos picantes. Sin embargo, no han sido capaces de reconocer los ligeros defectos sensoriales que marcan la diferencia entre un aceite de oliva virgen y uno virgen extra”.
Según los resultados de la investigación, más del 25% de los encuestados no percibe diferencias entre las tipologías del aceite, ni los aspectos que condicionan su calidad. Además, en general los españoles confieren poca importancia a la conservación del producto, por lo que las posibles alteraciones sensoriales sufridas por el aceite durante la distribución o el almacenamiento en el hogar serán atribuidas, muy probablemente, al productor.
Con todo, el conocimiento objetivo sobre las características nutricionales del aceite ha mostrado una mejora importante respecto a estudios anteriores. Por esa razón, “es fundamental seguir desarrollando estrategias de comunicación y actividades formativas que fomenten una adecuada cultura alimentaria entre la población” señala Guerrero.
“Esto aumentaría la preferencia hacia aceites diferenciados con una elevada calidad sensorial y, por consiguiente, permitiría la competitividad de pequeñas y medianas empresas en determinados nichos de mercado”, concluye el investigador del IRTA.