La Unión Europea ha impugnado las restricciones de importación de Argentina en el marco de la Organización Mundial del Comercio en Ginebra. Siguiendo los procedimientos de solución de diferencias de la OMC, la UE solicita en primer lugar consultas con Argentina en un intento de que levante esas medidas, que han afectado negativamente al comercio y la inversión de la UE.
Las medidas restrictivas incluyen el régimen de licencias de importación de Argentina y, sobre todo, los procedimientos para obtener esas licencias, así como la obligación de las empresas de equilibrar importaciones con exportaciones.
Es la primera etapa del sistema de solución de diferencias de la OMC. Si no se encuentra ninguna solución en el plazo de 60 días, la UE puede solicitar que se establezca un grupo especial de la OMC que se pronuncie sobre la legalidad de las medidas argentinas.
“Las restricciones argentinas a la importación violan las normas comerciales internacionales y deben eliminarse. Esas medidas provocan un daño real a las empresas de la UE y perjudican al empleo y a toda nuestra economía”, ha asegurado el Comisario de Comercio de la UE, Karel De Gucht.
“Las condiciones para el comercio y las inversiones en Argentina están empeorando claramente. Y esto nos obliga a impugnar el régimen proteccionista de importación argentino y a garantizar el mantenimiento de las normas a favor de un comercio libre y justo”, continúa De Gucht.
La UE está abiertamente preocupada por las medidas argentinas sobre la importación, contrarias a las normas de la OMC en favor de un sistema comercial transparente, libre y justo. Las restricciones implantadas en 2011 afectaron a cerca de 500 millones de euros de exportaciones en ese mismo año. En 2012, la ampliación de esas medidas a todos los productos aumentó la magnitud del comercio potencialmente afectado a todas las exportaciones de la UE a Argentina, que significaron 8.300 millones de euros en 2011. El impacto a largo plazo de un clima negativo para el comercio y las inversiones es notablemente mayor.
La UE, junto con otros importantes socios comerciales del mundo, ha planteado la cuestión en varias ocasiones a Argentina en los últimos años sin éxito.